jueves, 25 de noviembre de 2010

" Y tú escribeme,escribeme si quieres...

Tropezando otra vez en el hilo que ata mis pensamientos, intento de nuevo teneros compañía, levantar el cansancio que en estos días llevo encima.
No siempre consigo ser fiel a la cita con mis mismas palabras, alguna vez me pierdo en otras cosas y la mente divaga.
Son días extraños, casi pesados: cuando les doy vueltas alrededor de mi misma, su peso es una carga. Los huesos me duelen, el cuerpo no siempre contesta a los miles y miles de estímulos que le lanzo.
Será esta nueva estación que, aún prácticamente lejana, ya empieza a marcar los pasos de mis pies, inicia a proyectar  cohetes de silencio blanco en lo que tendría que ser  mi espacio cotidiano de color.

Este blog me está ayudando a adquirir certezas, no tanto por la aprobación de otras personas, no : es como si me estuviese convenciendo de poderlo alcanzar, de ser capaz, alguno de estos día, de recoger en una carpeta virtual todos los cuentos y las historias que se quedan ahí, dóciles pero intrépidos en el ordenador, pidiéndome continuamente “¿Cuándo nos dejarás volar?”
Pensaba necesitar que otros me dijeran que valía o no la pena que lo que escribo viera o no la luz.
Y sin embargo, escribiendo casi a diario, me he dado cuenta que es solo esto lo que quiero, escribir.
No pienso ya casi si mis historias pueden ser también las historias de otros; no me detengo a pensar en como hacer realidad que lo que escribo guste porque seria como querer  erradicar una planta desde el rincón privado donde nació. Sería como si intentara escapar de mis necesidades para satisfacer las de otros.
Entonces, desde  hace algún tiempo, escribo por el gusto de hacerlo, no medio las palabras que verdaderamente, ahora, salen y vuelan lejos sin justificaciones o actos que intenten cambiarlas.
Me ha pasado a veces, antes de ponerme a escribir, de buscar con ansiedad las palabras que pudiesen explicar.
Ahora no, dejo que salgan desde dentro, que cojan este o aquel tren sin dirección preestablecida.
Es lo que a muchos les gustaría hacer, yo incluida: llegar en un aeropuerto, tener bastante dinero en el bolsillo y elegir si no el primer vuelo, al menos aquello que más inspire fantasías, en este o aquel hemisferio, sin ninguna razón que no sea la gana de ir.
Así pasa con mis palabras: van y vienen sin fronteras, sin nudos que las aten o la obliguen en una situación precisa.
Solamente sensaciones, momentos que se deslizan dejando una estría sutil.
Cada instante es un mundo, con sus datos y sus razones, solitario no obstante la unión con los demás momentos

Nada más que añadir. El día, junto a las palabras, nace y fluye siguiendo su camino, el horizonte cambia sus fantasmas rosas por otros de miles diferentes matices, la luna todavía vigila no obstante la luz, resiste al deseo de dormirse dejando que su imagen efímera se difumine en el resplandor de la luminosidad, con naturalidad.

He salido con Ghiaccio, he recurrido los cien pasos dentro el bosque, ahora alumbro el silencio con velas y quemo incienso para desearme, yo sola, “Buongiorno”.
Saluti e baci...     

2 comentarios:

  1. Buongiorno!
    Me alegro mucho de tener la gran suerte de ser espectadora del viaje de tus palabras.
    Deja que sigan brotando como un manantial solo por el placer de verlas expandir, seran el alivio para muchos dolores si no articulares si del corazón.
    Enhorabuena.
    Saludos.
    Feli.

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  2. Buongiorno Feli...ya casi buonasera!
    Siempre me encanta verte pasear por aquí,lo sabes...y te doy las gracias porque me ayuda mucho saber que tú también estas
    Bacioni

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